Llego la hora de irse y las compras no hechas por ella salieron de mi billetera para ponerle una sonrisa en su rostro; llegamos al ultimo destino y el tiempo de espera nos dio ideas, las 30 botellas escondidas en bolsas fueron abiertas y con el grito de salud se consumieron de un golpe y con el cague de risa de chistes malos salimos un momento solo para entrar finalmente a la obra que nos llenaría de risas y lagrimas, cantamos con emoción y el buen desmadre se desato cuando nos hicieron levantarnos para bailar con los muertos, y durante el regreso la canciones típicas de grupo nos llenaron los oídos para finalmente dormir todos y terminar el día, ahora esperamos la noche del dia siguiente para seguir con nuestra fiesta, para gritarnos salud, para confesar algunas cosas, para arriesgarse a otras, decirnos las cosas y después de todo seguir siendo un desmadre y serlo por siempre...
...encontré un lugar al que pertenezco y nada me hará irme de aquí
Hector-Kokubunji
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